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Nunca apagan el celular, llevan su laptop a todos lados, cancelan o llegan tarde a todos sus planes sociales y por ningún motivo se permiten tomar vacaciones… ¿Recordaste a alguien con estas estas características?, o peor aún ¿te sientes identificado?
La idea que hemos construido del éxito, el agitado ritmo de vida y la posibilidad de permanecer conectados, nos han hecho creer que ser productivo 24/7 es nuestro mayor deber, dejando a un lado el tiempo para el ocio, la diversión y hasta para el mismo descanso.
Este mal hábito se ha reforzado, además, con el auge del trabajo en casa o “home office”. En el pasado un adicto al trabajo se veía obligado a hacer ciertas pausas entre sus traslados de casa a oficina, pero hoy prácticamente podemos realizar toda tarea desde cualquier sitio. Por ello, hoy es común ver a un workaholic enviando mails desde su teléfono, mientras “ve” una película o come con sus amigos.
Un reciente estudio de la Universidad de Kansas clasificó como adictos al trabajo a aquellas personas que laboran más de 50 horas a la semana. Y aunque el aspecto más importante para calificar una rutina laboral poco saludable no son las horas de trabajo, sí lo es el modo en que se realiza.
Por ejemplo, una persona que simplemente es muy trabajadora, lo hace de forma dedicada y con buen ánimo, pero cuando se toma un momento placentero, sabe descansar o divertirse. Por el contrario, el workaholic suele estar de mal humor, su actitud empeora cuando cree que no está siendo productivo y se muestra fastidiado si no genera ganancias, ya sean monetarias o de recompensa emocional, pues vale decir que muchas veces sus largas jornadas no tienen un objetivo económico, sino que lo hacen por la sensación de poder y prestigio que el trabajo les ofrece.
Resistir el impulso de “estar ocupado” todo el tiempo requiere un esfuerzo consciente en torno a lo que significa el trabajo para cada uno.
Los expertos aconsejan mantener relaciones sociales y familiares sanas, tener hobbies e integrar en la agenda otras actividades que impliquen dedicación, como hacer algún deporte, pero sobre todo aprender a disfrutar del momento y de las cosas simples de la vida. Empezar por una comida entre amigos o escapar un fin de semana a algún sitio cercano es un buen comienzo.
Otro punto fundamental es separar el desarrollo personal del laboral. Una persona exitosa además de sus metas profesionales, busca, conoce y descubre experiencias nuevas, visita lugares desconocidos, prueba sabores diferentes y se emociona con aventuras que lo ponen a prueba.
Lograr este balance es el inicio de una vida más plena. Por ello, Living la Vida te recomienda ponerle stop a tu workaholic y empezar a ser un Living Lover con los siguientes consejos: