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Los pastes de Pachuca, una tradición minera exquisita

Los pastes de Pachuca, una tradición minera exquisita

¿No te ha pasado que te transportas con la mente cuando viajas? Es decir, al llegar a una población nuestros sentidos se vuelven más perceptivos y uno de ellos es el olfato que al detectar los diferentes aromas tus recuerdos o tus pensamientos vuelan, los olores a tierra mojada, a chocolate, a café, a la sal del mar, a las flores, al pan recién horneado y otros ejemplos más, permiten que el viaje se vuelva inolvidable.

En la vida cotidiana al percibir esos olores nos remontamos nuevamente a aquellos sitios en donde vivimos esos felices momentos, tal cosa me sucede siempre cuando voy a degustar unos pastes.

Los pastes tienen una tradición muy interesante, llegaron a México gracias a la cultura de los ingleses, provenientes del condado de Cornwell al suroeste de Inglaterra donde ya se degustaban desde el siglo XVI, ellos a su vez fueron quienes trajeron el fútbol y la tradición minera.

Según esta última tradición, en el siglo XIX los mineros llevaban a su trabajo los “pasty” rellenos de papa, cebolla y carne los cuales guardaban el calor hasta que los mineros podían comerlos. Al elaborarlos tenían una especie de trenza de masa en la orilla que al momento de hornear el pan, esa trenza quedaba gruesa y servían para poder sostener el paste con la mano que estaba sucia por la labor minera y no había oportunidad de lavarse las manos al comer; esa parte de masa no era comestible.

Los Pastes son muy ricos en su presentación original sobre todo en épocas de frío o lluvia, características muy típicas de la región, muchos hidalguenses recuerdan su infancia con el sabor de los pastes, de cuando sus abuelas pasaban parte del día elaborándolos y horneándolos; para cuando estaban listos, todos se sentaban en la mesa a degustar la amabilidad de este pan horneado y hojaldrado.

Actualmente los pastes han tenido modificaciones que de acuerdo a los gustos de los mexicanos pueden tener platillos típicos ya sea salados como: mole con pollo, tinga, mole verde, frijoles con chorizo, atún, champiñones con queso y el tradicional paste de carne con papa; por otro lado están los de dulce: arroz con leche, cajeta, mermelada de piña, zarzamora, manzana y crema pastelera.

Algunas personas destacan la diferencia entre los pastes y las empanadas, esta consta principalmente que las empanadas se elaboran con una masa más fina y por otro lado los pastes se rellenan con los ingredientes crudos que se cocerán junto con la masa, cosa que realmente no es del todo cierta sobre todo en los pastes de dulce.

Dicen por ahí que cuando sales de una mina te da un hambre tremenda y que los pastes pueden ser una cena completa, ciertamente no soy un minero pero viajar al pasado con todo el escenario de la mina, no sólo despertó mi hambre, sino la curiosidad de aprender a cocinar un rico paste y hacer nuevas invenciones como actualmente lo hacen los hidalguenses .¿Qué tal uno de arándanos?

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